La PrEP funciona igual de bien en mujeres que en hombres. El metaanálisis de estudios sobre la PrEP realizado en 2016 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) concluyó: “La PrEP resulta efectiva en la reducción del riesgo de infección por el VIH con independencia del tipo de exposición sexual, sexo, regímenes de PrEP y programa de dosificación”.
Las mujeres representan la tercera parte de los nuevos casos de infección por el VIH en Europa. La mitad de todos los casos de infección por el VIH en Rusia se producen actualmente a través de relaciones heterosexuales y en los antiguos estados soviéticos (exceptuando Rusia), el 65% de los nuevos diagnósticos realizados en 2016 se atribuyeron a relaciones heterosexuales, aunque en estas cifras pueden estar incluidos algunos hombres que practican sexo con hombres (HSH) no reconocidos.
Se calcula que, en todo el mundo, las mujeres transexuales tienen una prevalencia del VIH del 19% (lo que equivale a una de cada cinco), un porcentaje 49 veces superior al de la población general. En tres estudios en los que se midieron los nuevos diagnósticos en poblaciones particulares de mujeres trans, se estimó que la incidencia del VIH estaba entre el 1,2 y el 3,6% anual.
En EE UU, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, en sus siglas en inglés) calculan que el 25% de los HSH están en una situación de riesgo de infección por el VIH que justificaría el uso de PrEP, frente a apenas el 0,4% de las mujeres cis heterosexuales. Sin embargo, en números absolutos, estos porcentajes se traducen en 492.000 hombres gais y 468.000 mujeres cis heterosexuales, unas cifras similares.
En EE UU, el porcentaje de uso de la PrEP inicialmente fue igual de elevado en mujeres que en HSH. Sin embargo, mientras que el número de HSH que acceden a la PrEP ha ido aumentando con rapidez, la cifra de mujeres se ha quedado en unas 2.500 al año. Como resultado de esto, el porcentaje de prescripciones de la PrEP en mujeres se redujeron del 49% del total en 2012 a un 11% en 2015. Además, las mujeres fueron también más propensas a tener una única prescripción para la PrEP.
En cuanto a la situación en Europa, solo el 3% de las personas que utilizan la PrEP en Francia son mujeres un año después de la introducción de esta estrategia preventiva. Es demasiado pronto para disponer de datos de otros países europeos con nuevos programas de PrEP.
La baja tasa de uso de la PrEP entre las mujeres se debe a diversos factores:
- Las mujeres en situación de riesgo elevado de infección por el VIH se encuentran dispersas entre la población y no constituyen un grupo tan cohesionado o fácilmente accesible como sería el de los hombres gais.
- Las mujeres pueden tener un mayor desconocimiento sobre la existencia de la PrEP (como ha dejado patente el estudio Flash! PrEP) y también pueden ser menos conscientes de su situación de riesgo frente al VIH. Las mujeres pueden descubrir la PrEP tras un incidente de posible exposición al VIH y las clínicas que proporcionan la profilaxis postexposición (PEP) deberían informar sobre la PrEP a las personas que acudan a por la PEP.
- Las mujeres en situación de riesgo frente al VIH suficientemente grande como para necesitar PrEP tienden a sufrir otras desventajas sociales y de salud, como un estatus de inmigrante reciente, problemas de vivienda o historial de abuso doméstico. Estos factores están relacionados con una menor tasa de acceso a la atención sanitaria en general. Los proyectos que trabajen con mujeres en situación desfavorecida deberían tener en cuenta la existencia de la PrEP.
- La PrEP en Europa se ofrecerá inicialmente a través de las clínicas de salud sexual. Las mujeres con necesidades de salud sexual no acuden a estos centros con la misma asiduidad que los hombres gais y prefieren acceder a la sanidad a través de la atención primaria o las clínicas de planificación familiar. En EE UU, se comprobó que una elevada proporción de la primera ola de PrEP prescrita a mujeres se debió fundamentalmente a profesionales de la atención primaria.
Existen algunas diferencias clínicas que apuntan a que la respuesta de las mujeres frente a la PrEP puede ser distinta a la de los hombres gais. Las concentraciones de tenofovir alcanzan su nivel máximo (lo que se conoce como ‘estado estacionario’) con más lentitud en el tejido vaginal que en el del recto (después de siete dosis, en lugar de después de dos). Aunque es cierto que esto no sucede con las concentraciones de emtricitabina, dicha diferencia puede significar que las mujeres necesiten tomar la PrEP durante varios días antes de que ofrezca una protección total, y posiblemente sea preciso mantener unos mayores niveles de adherencia para que resulte eficaz. Hasta que se disponga de datos que permitan decir lo contrario, se recomienda que las mujeres solo sigan la administración diaria de la PrEP, y no la denominada PrEP ‘según demanda’.
En Reino Unido, Sophia Forum, un grupo para mujeres que viven con el VIH, se está reuniendo con CliniQ, la clínica para personas trans establecida por Dean Street en Londres, para crear un recurso dirigido a mujeres y PrEP. La Iniciativa PrEP en Europa estaría interesada en conocer si existen otros recursos similares para mujeres en algún otro lugar.